El post de hoy no es más que un bache en el camino, un lapsus interruptus entre el caramelo rosa que me corre por las venas... así que si vas a seguir leyendo, que sepas que hoy verás el lado oscuro del caramelo ^.^
El secreto mejor guardado de mi mundo es que no gestiono bien los cambios. Lo supe siempre. Y la verdad es que me molestan hasta los cambios de planes. Quizás me da igual ir al cine o al teatro pero si decidimos ir al cine, no me vengas luego con que prefieres ir al teatro. Al menos, dímelo antes para que vaya haciéndome a la idea porque no tolero bien los cambios por más insignificantes que sean. Si lo decide el destino, quizás hasta me amoldo más fácilmente pero si tu prefieres ir al teatro, simplemente dilo al principio, cuando estamos viendo opciones. Porque, incluso, aunque me des tiempo a acostumbrarme... yo los cambios no los vivo, los sufro.
Y aunque las mudanzas se planifican con mucha antelación y acaban pasando hasta meses, desde que comienza a ser una idea tangible hasta que se hace realidad. Otra vez, yo NO gestiono bien los cambios. Sí, es mi defecto, mi kriptonita, mi talón de Aquiles. Me genera un estrés soberano sin control y que, te guste o no, intentaré contagiarte.
Una mudanza es de esas cosas para las que a mí me gustaría ser la bruja Samanta (la de la serie) para poder mover la nariz y que todo se organice solo o gracias a unos pajaritos azules como en las pelis de Disney. Pero mi nariz no hace magia y no tengo pajaritos de twitter a mi alrededor (qué pena, no? sería divertido).
Odio las mudanzas. No son más que montañas rusas emocionales. Y también odio las montañas rusas. Básicamente, soy argentina. Eso significa que tengo muchos años de terapia encima lo que me da una base emocional sólida y fuerte. Sé quien soy y sé qué quiero. Tengo una vida estable y feliz. Hasta que llega una mudanza y el suelo tiembla bajo mis pies... Sí, aunque tengas siglos de terapia encima siempre queda algo en el tintero por resolver. A mí me quedó colgada la gestión de cambios. Directamente, me la llevé a marzo o a... septiembre? (No tengo ni la menor idea de a que mes se lleva uno aquí las cuestiones escolares) ^.^
Lo ilógico de toda esta cuestión es que esta es una mudanza facilona y de las guays. Esta vez no es el destino ni la situación lo que me llevan a mudarme. No es una persona que me quiere mal. Ni siquiera voy a mudarme de ciudad o, peor aún, de país con todo el desarraigo que eso conlleva. No, esta vez, es una mudanza de las buenas. Nuestra Casa Feliz se traslada para mejor a un sitio con tanto (o más, si fuera posible) potencial de casa feliz que nunca y todo ha salido sobre ruedas. Sí, ya lo sé... imagino lo que estáis pensando ahora mismo. Pero bueno, también sufro vértigo. Vale, no gestionar bien los cambios no es mi único defecto pero hasta Batman resultó ser un niño mimado y no lo queremos menos por eso, no? Yo simplemente no soy útil para deportes de riesgo... Vale, para andar en bici tampoco ^.^ Va a ser que mi umbral de "riesgo" está un poco desequilibrado!
Porque así me siento. Me siento como si, por una extraña razón, estuviera en la azotea de un edificio a punto de hacer puenting (o como rayos se llame eso) de forma obligada. Como si me hubiesen atado a un paracaídas y me estuvieran empujando o como si la única forma de llegar a destino fuera subiendo a la montaña rusa. Y al final, es eso. Así de simple. Ir a la feria, comprar el ticket, subir a la atracción de moda, cerrar los ojos y desear que acabe pronto.
Al menos, mi galleguiño está aquí para cogerme fuerte de la mano <3
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Y hoy ha sido un post tan distinto, que ni siquiera sé si deciros que os veo en los comentarios. Pero venga, allí nos vemos que esta semana necesito ánimos para empezar a desarmar Casa Feliz y volver a armarla en un plis plás! ^.^
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Este post fue escrito entre pausas y cajas... Ahora que ya estamos en el piso nuevo, solo me resta agregar que menuda broma esta de firmar un contrato que dice que te entregan un piso impecablemente limpio (y que esperan recibirlo en las mismas condiciones) cuando luego tu te pasas dos días enteros limpiando mugre ajena y aún nos queda... Sin palabras :(
Besazo con paracaídas!
Tú puedes!!!!!! Con esto y más! Visualiza la casa feliz, con Antú y tu galleguiño, visualiza cuaaaanto espacio vas a tener para hacer cantidad inmensa de marionetas, sin tener que guardar y sacar, guardar y sacar... Eso y tanto más, tantos lindos momentos que te esperan ansiosos ahí mismo, ese lugar del que te enamoraste a primera vista ;)
ResponderEliminarEn un par de semanas, verás estos días como un nubarrón, de esos que tantos vemos estos días por Galicia.
Lugar de trabajo con sofá para los "breaks", eso sí que es un lujo!
Y la cama de Antú... me la prestará? :P
SuperSami, no olvides tus superpoderes, ellos podrán más que tu kriptonita!
Besazo de polvo alérgeno, juassss, broma!
Lau
El nubarrón es tan grande que de a ratos hasta me pregunto qué diablos le vi! Juas!!! ^.^
EliminarYa pasará... sé que pasará!
Gracias por los ánimos... a veces hacen falta...
Besazo de mascarilla!
Sami
p.d.: dice Antú que ni lo sueñes! XD
Piensa en tu nuevo espacio para fotografiar ^^ Me pasa un poco igual con los cambios gordos me dan vertigo! Pero al final todo pasa. Un besazo preciosa
ResponderEliminarSí, poquito a poco... Ahora mismo estaba sentada en mi estudio pensando en lo maravilloso que es este ventanal ^.^
EliminarGracias, por el ánimo y por no dejarme sentir un perro verde... Besazo!
Sami